jueves, 17 de marzo de 2016

Controlaré tus sueños, de John Verdon.

¡Buenas! Por fin estoy de vuelta, ahora que los exámenes y la vida en general me dan un respiro. Estamos a jueves y terminé esta novela el lunes, pero tampoco sé hasta qué punto puedo contar para no desvelar cosas importantes por si queréis leerlo. Es más complicado de lo que pensé en un principio.

Bien, para empezar he de confesar que siento un amor incondicional por el detective Gurney, el protagonista de las novelas de John Verdon. Este autor americano trabajó en agencias de publicidad y cuando se retiró, su mujer y él decidieron trasladarse al campo, concretamente a los Catskills, unas montañas en el sureste de Nueva York. Allí comenzó a interesarse por las novelas de detectives hasta que su mujer le animó a escribir su propia novela. Así apareció Sé lo que estás pensando (Think of a number como título original, 2010) y las buenas críticas contribuyeron a que escribiera la segunda novela, No abras los ojos (Shut your eyes tight, 2011). A ésta le siguieron Deja en paz al diablo (Let the Devil Sleep, 2012), No confíes en Peter Pan (Peter Pan must die, 2014) y, por último hasta este momento, Controlaré tus sueños (Wolf Lake, 2015).

Dave Gurney es el protagonista de todas esas novelas: un exdetective de Homicidios en el Departamento de Policía de Nueva York. Junto a su mujer, Madeleine, quien, si no recuerdo mal, trabaja en un hospital en un área tipo Psicología o Psiquiatría, se mudan a un pueblo llamado Walnut Crossing. Gurney no está especialmente contento con la idea de convertirse en un hombre de campo, al contrario que su mujer, y esto provoca situaciones de tensión durante todas las novelas en las cuales su mujer intenta que sea de una forma y deje de pensar como un detective mientras él no puede evitar sentirse terriblemente atraído por casos en apariencia imposibles de resolver y potencialmente peligrosos.

En las primeras novelas Madeleine apenas tiene protagonismo, excepto cuando el caso en el que trabaja su marido empieza a salpicar a su matrimonio por diversos motivos; en cambio, en esta última parte, Madeleine se convierte en una parte fundamental. Además, Gurney deja de ser tan frío y distante como en novelas anteriores, donde aparentaban ser un matrimonio infeliz que simplemente no se divorciaba por pereza -al menos esa fue mi primera impresión-.

Centrándome ya en Controlaré tus sueños, os dejo la sinopsis: "¿Cómo pueden tener cuatro personas el mismo sueño? ¿Por qué iban a suicidarse después? Cuatro hombres que no se han visto nunca y que no parecen tener nada en común han tenido el mismo sueño, una pesadilla recurrente presidida por una figura terrorífica. Todos ellos son hallados muertos posteriormente. La policía enseguida descubre que las víctimas compartían dos hechos significativos: todos habían pernoctado recientemente en un mismo hotel viejo y misterioso de las montañas Adirondack y todos ellos habían asistido a sesiones de terapia con el mismo hipnotista.
David Gurney deberá apresurarse a resolver esta serie de interrogantes imposibles, que desconcertarán tanto a su cabeza como a su corazón.
Una trama inteligente y vertiginosa, acompañadas de giros magistrales, con la que descubrirás que nunca, ni siquiera en tus propios sueños, estás realmente solo."

A primera vista el caso parece imposible: cuatro personas sin relación van a ver a un hipnotista para dejar que les ayude a dejar de fumar; después tienen la misma terrible pesadilla con claras connotaciones de violación y tras varias noches de pesadillas aparecen muertos con las muñecas abiertas, lo que parece indicar un suicidio. La policía se vuelve loca y lo denomina "suicidio inducido por un trance", con lo que culpan al hipnotista, Richard Hammond, de haber causado tales pesadillas para provocar que se suicidaran. La primera cuestión que aparece es, ¿cuál es el móvil? ¿Quién sale realmente beneficiado de las muertes? Nada tiene sentido y conforme la novela avanza, más complicado se vuelve todo.

La resolución del caso me ha gustado mucho, además, Gurney siempre se mete en problemas cuando descubre al asesino y me gusta mucho la forma en la que lo manipula para lograr escapar de muertes seguras. Su forma de llegar a las personas y de sopesar cómo debe hablarle a cada una para conseguir sus objetivos demuestra un personaje inteligente muy bien construido.

A pesar de que realmente no empiezan a atar cabos hasta más de la mitad de la novela, engancha desde el principio y, aunque sea en círculos, avanza a buen ritmo hasta el vertiginoso final, donde no puedes parar de leer porque los capítulos parecen terriblemente cortos y necesitas saber cómo continúa. Es un libro fácil de leer y de seguir, pero, en mi opinión, está muy bien expresado y detallado.

Me han gustado absolutamente todas las novelas que he mencionado al principio y, sinceramente, recuerdo los casos y sus detalles más llamativos, pero no recuerdo la resolución de los dos primeros, así que si me los releo en algún momento, tendréis algún que otro post sobre ellos. Prometo que serán bastante más cortos que éste, que aquí tenía que poneros un poco en situación, pero la situación es muy amplia.

¡Ah! Espero que si algún día leéis algo de lo que comente o si ya los habéis leído, me dejéis algún comentario con vuestra opinión -o con lo que queráis, de momento no hay censuras-.

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