domingo, 24 de julio de 2016

Cien años de soledad, Gabriel García Márquez.

¡Buenas! Adivinad quién está de vuelta. Exacto, llevo casi dos meses desaparecida, pero no pasa nada, sigo viva. He tardado como una eternidad en leer Cien años de soledad, pero se debe a que, como ya he mencionado alguna vez, sólo leo en el metro y ahora que no tengo clase pues voy algo menos en metro. Lo importante es que ya lo he terminado, me ha encantado y ya tengo siguiente lectura.

¿Qué os puedo contar de esta novela que no sepáis? Supongo que la conocéis de sobra, ya sea porque os la han mandado leer en el instituto o porque habéis estudiado al autor en clase. Un profesor me dijo que era una maravilla de libro y, bueno, lo encontré por casa y había que darle una oportunidad. ¡Opción acertada!

La novela iba a ser una narración de la infancia del autor colombiano, pero mezcla elementos imaginarios y reales haciendo uso de un lenguaje muy poético y, sin embargo, fácil de seguir y comprender. Apenas tiene unas líneas de diálogo en casi quinientas páginas y los capítulos son muy muy muy largos, así como los propios párrafos. Normalmente no me gustan los libros que apenas contienen diálogo y que están escritos con oraciones enormes, con oraciones compuestas subordinadas que contienen más subordinadas que a su vez contienen paréntesis, sencillamente porque me pierdo a mitad de párrafo y ya no sé ni lo que estaba leyendo. Pero la forma de expresarse y de enlazar todo hace la lectura muy amena. Da tremendos saltos en el tiempo y entre personajes y apenas te das cuenta. Por ejemplo, comienza un capítulo hablando de que alguien ha muerto y en el mismo párrafo, sin poner un punto, te habla de ese mismo personaje hasta que finalmente llega el momento en el que muere. El espacio y el tiempo no son utilizados de la forma habitual, ya que la historia no está ni geográfica ni temporalmente situada. Nos puede dar una referencia la descripción del pueblo y cómo llegan a él y, en cuanto al tiempo, depende de cada personaje, ya que algunos lo perciben lineal y rápido mientras que otros lo perciben circular y lento. Sin duda, el lenguaje y la narrativa utilizadas es lo que más me ha gustado con diferencia.

Otro aspecto que de verdad me ha dejado enamorada de esta novela es la evolución de los personajes. La historia transcurre en una casa de Macondo, un pueblo que fundaron los dos primeros protagonistas del libro. A partir de ahí, se suceden los líos amorosos, los hijos deseados y los bastardos, los incestos, las desapariciones de hijos en busca de aventuras, los intentos por modernizar el pueblo, etc. Es imposible no encariñarse con los personajes según transcurre la historia. Aprendes cómo piensa y cómo es cada uno, lo que le gusta y lo que no, cómo es su carácter y cómo éste va cambiando con los distintos acontecimientos.... Cómo la que empieza siendo una joven recién casada termina siendo una sabia tatarabuela que ve como cada generación se parece a la anterior desde que nace hasta que muere.

Sin duda alguna esta novela estará en mi top 10. Por una parte recomendaría que no lo mandaran leer en los institutos porque no es un libro que puedas leer en una semana deprisa y corriendo; lo único que se va a conseguir es que más y más alumnos aborrezcan la lectura en general y esta maravilla en concreto. Pero, por otra parte, me daría pena que apenas unos cuantos se decidieran a leer Cien años de soledad.

El ejemplar que yo he leído es como el de la fotografía. No he querido leer el estudio de Joaquín Marco para que no influyera en mi interpretación y opinión. Yo dejaré aquí mi opinión y espero que a alguno le pique el gusanillo.

miércoles, 1 de junio de 2016

La sombra de la memoria, Susan Crawford

¡Buenas! Me ha llevado un poquito más de lo que pensaba, pero ya he terminado la corta novela de Susan Crawford, La sombra de la memoria. Recuerdo un poco lo que ya os conté. La protagonista se llama Dana Catrell y sufre un trastorno bipolar que está a punto de alcanzar su fase maníaca, por lo que se siente llena de energía, sus sentidos están al 100% y apenas puede dormir. Está casada con un abogado que resulta bastante desagradable desde el principio y tiene un hijo que ya está en la facultad. Dejo ya la sinopsis:




"Dana Catrell duda de sus recuerdos y ya no confía en sí misma.

Cierra los ojos e intenta recordar qué fue lo último que le dijo a Celia, algo parecido a 'no quiero volver a verte en la vida'.

Ahora Celia está muerta, y algo se esconde entre las sombras de su memoria. Como recordar que la noche anterior discutió con su amiga... pero no si fue ella quien la mató."



Como ya dije en la anterior entrada, los capítulos están escritos desde el punto de vista de Dana y del policía que lleva el caso, Jack Moss. A pesar de que el principio me parece bastante flojo y que tiene fallos sintácticos (supongo que es cosa del traductor o traductora), la historia empieza a remontar hacia la mitad, cuando ya llevan varias líneas de investigación y tienen varios sospechosos. Además, el trastorno de Dana va haciendo acto de presencia, pero por su afán de intentar descubrir la verdad no va a ver a su doctora.

Tanto los personajes como la historia están bien construidos, los diálogos son bastante naturales, así como las situaciones y los lugares descritos. La investigación sigue un curso lógico, sin saltos repentinos e inexplicables ni pistas a medio seguir. Aunque te hacen dudar entre varios sospechosos hay un momento en el que te dejan muy claro quién ha matado a Celia.

Como pega puedo ponerle el que cuesta que te enganche. Los hechos transcurren con lentitud y hay poca interacción entre los personajes. Este libro no estará entre mis favoritos, pero tampoco me ha disgustado, así que si tenéis la oportunidad de leerlo, tampoco va a suponer un gran esfuerzo.

¡Y no tengo más lectura hasta el momento! Seguiré leyendo, pero cositas sueltas que tengo por casa que no sé si comentaré, la verdad. Ya iré viendo. ¡Buen verano!

miércoles, 18 de mayo de 2016

La sombra de la memoria, Susan Crawford, próximamente.

¡Buenas! Acabo de terminar los exámenes, por eso he tenido el blog un poco abandonado últimamente. Empecé hace casi un mes el libro que nombro en el título y, bueno, estas dos últimas semanas apenas he leído cuatro días y sólo a la vuelta de los exámenes. He de decir que al principio no me gustó mucho. No está ubicado en ninguna parte concreta y, no sé si es fallo del traductor o de la escritora, pero hay algunos problemas sintácticos con los objetos indirectos, por lo que me perdía y no sabía si estaba hablando de un chico o de una chica, si seguía hablando de la misma persona o había cambiado.

Obviando esos errores, el desenlace de la historia pinta bien. La trama avanza lentamente, pero no se hace tampoco pesado de leer. La protagonista, Dana Catrell, sufre un trastorno bipolar, por lo que a veces su memoria falla. Y si a esto le añadimos una buena borrachera... ya no sabe si ha matado a su amiga o no. Cada vez que intenta recordar qué ocurrió, sólo es capaz de visualizar algunas partes poco alentadoras que indican que ella es la asesina. Sabe que se está quedando sin tiempo, que tiene que ir a ver a su psiquiatra antes de que la fase maníaca haga acto de presencia, pero no puede dejar de intentar averiguar qué pasó aquella tarde. Además, parece que alguien la observa y le manda notas amenazantes, pero, ¿y si se lo está inventando?

Otros capítulos están escritos desde el punto de vista del policía que lleva el caso, Jack Moss, cuya vida personal es bastante complicada y se ve envuelta en el caso de asesinato. Me gusta sobre todo cómo está descrito el lenguaje corporal de los sospechosos y cómo lo interpreta, además de su forma de hablar en general.

Llevo más de medio libro, espero terminarlo para esta semana y tener la entrada para la siguiente. Ahora leeré más lento, porque me he acostumbrado a leer en el metro en la ida y la vuelta de la universidad y ahora que he terminado leeré en casa, pero leo mucho más lento. Ya iréis teniendo noticias mías.

jueves, 21 de abril de 2016

La chica del tren, de Paula Hawkins.

¡Novelón! En serio, por fin entiendo todo el revuelo que hubo con esta novela. Es que realmente lo merece. No sé por dónde empezar, así que os hablo primero de la autora. Paula Hawkins, de 43 años, se mudó a Londres a los 17 años, donde estudió política, economía y filosofía en Oxford. Trabajó durante más de quince años como periodista, escribiendo por ejemplo para The Times. Ha escrito otros libros antes, pero ninguno con éxito comercial. La chica del tren le llevó seis meses finalizarla y ha vendido millones y millones de copias. Dejo ya la sinopsis:

"De lunes a viernes, Rachel toma el tren de las 8.04 que va de Ashbury a Euston, en Londres. Es una de esas rutinas inquebrantables: el mismo paisaje, las mismas casa, los pasajeros de siempre y el semáforo donde el tren se detiene unos segundos. Es entonces cuando observa desde la ventanilla a una pareja que desayuna tranquilamente en la terraza de su casa. Incluso les ha puesto nombre: a él, Jason; a la mujer, Jess. Él podría ser médico; ella seguramente tiene alguna profesión liberal. Para Rachel son lo más parecido a una pareja ideal, y le recuerdan a ella y a Tom cuando vivían juntos en el número 23 de esa misma calle. En aquella época Rachel era feliz. Aún no estaba sola ni tenía
problemas con la bebida... Un día, mientras intenta olvidar las miserias de su propia vida, ve algo a través de la ventana del tren que echa por tierra aquella imagen idílica que se había ido construyendo de la pareja. A medida que los días avanzan, Rachel se ve envuelta en una espiral de extraños acontecimientos que unen inexorablemente su destino con el de Jason y Jess, cuyos verdaderos nombres son Scott y Megan...y que lo son todo menos la pareja perfecta."

Sinceramente, cuando leí la sinopsis y los comentarios de la revista del Círculo de Lectores no me llamó para nada la atención, me dio la sensación de que iba a avanzar lentamente y que iba a ser una novela romántica, por eso no la leí cuando estaba en boca de todos. Sin embargo, me he llevado una grata sorpresa.

Tiene como protagonista a tres mujeres: Rachel, Anna, que es la nueva mujer del exmarido de Rachel, y Megan, la mujer de Scott, y la autora toca temas como el alcoholismo, las infidelidades y la violencia machista. Al principio, gran parte del protagonismo lo tiene Rachel y poco a poco va introduciendo la vida de Anna y la vida de hace un año de Megan hasta llegar al presente (en el anterior post describo cómo están estructurados los capítulos). Además, tienen una peculiaridad y es que algunos capítulos comienzan abruptamente como si el personaje estuviera hablando en ese mismo instante y, enlazando sin que nos demos cuenta, explica cómo han llegado a esa situación y continúa desde ahí. Me ha gustado mucho esa forma de organizar los hechos.

Desde el primer momento engancha porque va revelando los secretos de cada una conforme avanza la novela, pero lo hace de tal forma que no te puedes perder el hilo de la historia. No quiero hacer spoiler, así que sólo diré que hay un asesinato, pero éste está en un segundo plano. Quiero decir que, a pesar de ser el desencadenante de la historia, no seguimos el transcurso de la investigación  como se haría en una novela policiaca. Sin embargo, vamos descubriendo la verdad con el paso de las páginas, una verdad que une a las tres protagonistas de una forma totalmente inesperada.

 Por otra parte, está tan bien escrita que es imposible no empatizar con las tres mujeres. Conforme lees, vives en primera persona las lagunas que sufre Rachel por su borracheras, puedes sentir la frustración cuando parece que va a recordar algo y de repente se desvanece. Puedes sentir el miedo de Anna a que Rachel, que es mentalmente inestable y sigue enamorada de Tom, destruya su familia. Y la historia de Megan es realmente desgarradora. No es una novela con la que necesites releer la última página si hace varios días que no lees; es imposible olvidar ni un solo detalle de lo que ha ido ocurriendo. La historia, bueno, historias realmente, son tan sumamente interesantes que recuerdas todo lo que ha pasado.

No puedo evitar comparar esta novela con la que leí anteriormente (Desparecida, de Romano de Marco) a pesar de que la primera es un thriller psicológico y la segunda, una novela policiaca. Pero es por el hecho que ya he comentado de que el caso pasa como a un segundo plano. En Desaparecida, no seguimos el transcurso de la investigación como se hace, por ejemplo, en las novelas de John Verdon (ver Controlaré tus sueños), pero tampoco les sucede mucho a los personajes, realmente, nada que merezca ser narrado. En cambio, La chica del tren te mantiene enganchado por las ganas de saber qué ocurrió en el pasado de Rachel y en el presente que no puede recordar por el alcohol, quieres conocer también la historia de Anna y, por supuesto la de Megan, porque es un personaje psicológicamente muy profundo.

Queda recomendadísima, me ha quedado un sabor de boca estupendo al terminarla, todo bien zanjado y resuelto, ni un cabo suelto. Esta novela entra claramente en mi top 10.


jueves, 7 de abril de 2016

La chica del tren, de Paula Hawkins, próximamente.

¡Buenas! Como dije en mi último post, la novela que he empezado a leer es la conocida La chica del tren, de Paula Hawkins, el aclamado best-seller publicado en 2015 y del cual se vendieron cinco millones de ejemplares en apenas seis meses.

Hasta el momento me está gustando mucho, y eso que apenas he leído, pero me gusta mucho la forma en la que está escrita. Cada capítulo corresponde a un personaje y al inicio viene fechado con el día de la semana, número, mes y año, ya que da ciertos, pero pequeños, saltos en el tiempo. Además, dentro de los capítulos hay divisiones en mañana y tarde, lo que agiliza su lectura y el paso del tiempo de los acontecimientos.

También estoy contenta con la forma de expresarse de los personajes y las descripciones tanto de sus sentimientos y pensamientos como de sus rutinas diarias. La autora utiliza un lenguaje sencillo y frases relativamente cortas, otro aspecto que agiliza y ameniza mucho la lectura.

Como he dicho, apenas he leído, pero desde el principio encuentras intriga y no puedes evitar la curiosidad. Además, no tarda en empezar a revelar ciertos detalles y pasajes que les ocurren (u ocurrieron) a los personajes, pero no explica todo de golpe sin dejar cabida a la imaginación, sino que hace algún comentario que te lleva a hacer unas suposiciones que, en el siguiente capítulo, confirma o desmiente poco a poco.

Estoy deseando coger el metro para poder seguir leyendo tranquilamente. Espero que no me decepcione, que ha empezado con muy buen pie.

lunes, 4 de abril de 2016

Desaparecida, de Romano de Marco

¡Buenas! Ya he terminado otra novela y esta vez traigo malas noticias, pero primero os pongo en situación.

Como se lee en el título del post, la novela es Desaparecida, de Romano de Marco, un autor claramente italiano. Dejo aquí la sinopsis: 

"Era el mejor policía de Milán. Ahora, diez años más tarde, Marco Tanzi es un mendigo que vive en parques y calles mimetizándose con la degradación de una ciudad que no tiene lugar para los derrotados. Con el pelo largo, la barba descuidada y la ropa sucia, de aquel hombre queda poco: un gigante de un metro noventa y ocho que ahoga su vida en el alcohol. Y sin embargo, una noche, aquella vida que parecía marcada por una caída sin freno se ve sacudida por un acontecimiento inesperado: Giulia, su hija a la que no ve desde hace años, ha desaparecido misteriosamente. Ahora tiene la misión de encontrarla, cueste lo que cueste.
Comienza así una búsqueda mortal que, en una espiral de violencia y tensión trepidante, llevará a Marco Tanzi y Luca Betti, su antiguo colega del Anticrimen, a los bajos fondos de la pornografía clandestina y la trata de blancas. Un mundo paralelo y desconocido, donde solo quien ha visto cara a cara sus peores pesadillas puede lograr sobrevivir".

Simplemente leyendo la sinopsis ya te desvelan la resolución del caso, lo cual le resta bastante encanto a la novela. El fallo principal y más serio que he encontrado es propio de quien escribe su primera novela, pero no es el caso de este autor. Dicho fallo es empezar de una forma lenta y terminar de golpe en tres capítulos. Tres cuartas partes de la novela transcurren sin novedades sobre el caso y sin ningún tipo de investigación por parte del protagonista que, a diferencia de lo que se entiende en la sinopsis, en mi opinión es Luca Betti. 
Al principio entramos en la vida familiar del policía (porque de su trabajo no se menciona nada) y nos presentan un matrimonio infeliz en el cual se esfuerza aun sabiendo que su mujer nunca lo ha querido. Viaja a Roma a conocer las novedades del caso de la desaparición de Giulia Tanzi, pero considera que están haciendo un buen trabajo y, hala, paso de meterme en un caso que afecta al que era mi mejor amigo. Mientras nos cuentan un poco la vida de Betti, Marco decide desintoxicarse. Después se reencuentran, un investigador privado y su experto en informática les descubren todo lo que necesitan y van a rescatar a la chica. Los "malos" dan unos cuantos tiros, se rinden enseguida y les indican dónde tienen a las chicas. Fin de la trama. Sin complicaciones que no se resuelvan en diez líneas. Además, sabemos ya que la chica está secuestrada porque va a ser obligada a prostituirse y a grabar películas porno.

Por lo demás, las descripciones son muy poco profundas y no logran ese efecto de empatía con los personajes que hace que sientas su dolor y su angustia. No se profundiza en la manera de recopilar la información necesaria para la resolución del caso, sino que se deja en mano de terceros que lo dan todo hecho. Luca y Marco apenas encuentran problemas para localizar el lugar donde tienen a Giulia ni para escapar cuando los hacen prisioneros ni para lograr que sus enemigos se rindan y confiesen. 

Otro aspecto negativo que le encuentro y que en un primer momento creí que iba a gustarme fue el intercalar capítulos que se remontan diez años en el tiempo para explicarnos poco a poco cómo se llegó a la situación actual. Sin embargo, no está logrado, porque en los capítulos ambientados en el presente ya te revelan todo lo que ocurrió hace diez años en un solo diálogo. Solamente un par de esos capítulos del pasado están logrados y son realmente necesarios para poder comprender la acción que discurre en el momento presente.

Un último fallo son las erratas, que no sé si son errores del autor o de la traductora. Uno de ellos es un cambio de fecha, algo así como que en el principio del capítulo te pone "hace seis años", pero a mitad del mismo te dice que fue "hace diez años". La otra errata es cambiarle el nombre a un personaje, directamente, te están hablando de Fausto y, de repente, aparece un tal Fabio.

Como punto a su favor he de mencionar el giro final que tiene, confieso que ha sido totalmente inesperado. Aún así, apenas dura tres páginas y no se mantiene el misterio más de quince líneas. 

Creo que con estos puntos queda clara mi posición respecto a esta novela: no la recomiendo, sobre todo si estáis acostumbrados a novelas de misterio y crímenes, porque ésta de misterio tiene bastante poco. Como ya he mencionado, antes incluso de terminarla ya tenía la sensación de estar leyendo la primera novela de este autor, pero resulta que no es así.

Mi próxima lectura creo que será La chica del tren, ese best-seller del que todo el mundo hablaba hace unos meses. Espero no llevarme una decepción. ¡Hasta la próxima!

jueves, 17 de marzo de 2016

Controlaré tus sueños, de John Verdon.

¡Buenas! Por fin estoy de vuelta, ahora que los exámenes y la vida en general me dan un respiro. Estamos a jueves y terminé esta novela el lunes, pero tampoco sé hasta qué punto puedo contar para no desvelar cosas importantes por si queréis leerlo. Es más complicado de lo que pensé en un principio.

Bien, para empezar he de confesar que siento un amor incondicional por el detective Gurney, el protagonista de las novelas de John Verdon. Este autor americano trabajó en agencias de publicidad y cuando se retiró, su mujer y él decidieron trasladarse al campo, concretamente a los Catskills, unas montañas en el sureste de Nueva York. Allí comenzó a interesarse por las novelas de detectives hasta que su mujer le animó a escribir su propia novela. Así apareció Sé lo que estás pensando (Think of a number como título original, 2010) y las buenas críticas contribuyeron a que escribiera la segunda novela, No abras los ojos (Shut your eyes tight, 2011). A ésta le siguieron Deja en paz al diablo (Let the Devil Sleep, 2012), No confíes en Peter Pan (Peter Pan must die, 2014) y, por último hasta este momento, Controlaré tus sueños (Wolf Lake, 2015).

Dave Gurney es el protagonista de todas esas novelas: un exdetective de Homicidios en el Departamento de Policía de Nueva York. Junto a su mujer, Madeleine, quien, si no recuerdo mal, trabaja en un hospital en un área tipo Psicología o Psiquiatría, se mudan a un pueblo llamado Walnut Crossing. Gurney no está especialmente contento con la idea de convertirse en un hombre de campo, al contrario que su mujer, y esto provoca situaciones de tensión durante todas las novelas en las cuales su mujer intenta que sea de una forma y deje de pensar como un detective mientras él no puede evitar sentirse terriblemente atraído por casos en apariencia imposibles de resolver y potencialmente peligrosos.

En las primeras novelas Madeleine apenas tiene protagonismo, excepto cuando el caso en el que trabaja su marido empieza a salpicar a su matrimonio por diversos motivos; en cambio, en esta última parte, Madeleine se convierte en una parte fundamental. Además, Gurney deja de ser tan frío y distante como en novelas anteriores, donde aparentaban ser un matrimonio infeliz que simplemente no se divorciaba por pereza -al menos esa fue mi primera impresión-.

Centrándome ya en Controlaré tus sueños, os dejo la sinopsis: "¿Cómo pueden tener cuatro personas el mismo sueño? ¿Por qué iban a suicidarse después? Cuatro hombres que no se han visto nunca y que no parecen tener nada en común han tenido el mismo sueño, una pesadilla recurrente presidida por una figura terrorífica. Todos ellos son hallados muertos posteriormente. La policía enseguida descubre que las víctimas compartían dos hechos significativos: todos habían pernoctado recientemente en un mismo hotel viejo y misterioso de las montañas Adirondack y todos ellos habían asistido a sesiones de terapia con el mismo hipnotista.
David Gurney deberá apresurarse a resolver esta serie de interrogantes imposibles, que desconcertarán tanto a su cabeza como a su corazón.
Una trama inteligente y vertiginosa, acompañadas de giros magistrales, con la que descubrirás que nunca, ni siquiera en tus propios sueños, estás realmente solo."

A primera vista el caso parece imposible: cuatro personas sin relación van a ver a un hipnotista para dejar que les ayude a dejar de fumar; después tienen la misma terrible pesadilla con claras connotaciones de violación y tras varias noches de pesadillas aparecen muertos con las muñecas abiertas, lo que parece indicar un suicidio. La policía se vuelve loca y lo denomina "suicidio inducido por un trance", con lo que culpan al hipnotista, Richard Hammond, de haber causado tales pesadillas para provocar que se suicidaran. La primera cuestión que aparece es, ¿cuál es el móvil? ¿Quién sale realmente beneficiado de las muertes? Nada tiene sentido y conforme la novela avanza, más complicado se vuelve todo.

La resolución del caso me ha gustado mucho, además, Gurney siempre se mete en problemas cuando descubre al asesino y me gusta mucho la forma en la que lo manipula para lograr escapar de muertes seguras. Su forma de llegar a las personas y de sopesar cómo debe hablarle a cada una para conseguir sus objetivos demuestra un personaje inteligente muy bien construido.

A pesar de que realmente no empiezan a atar cabos hasta más de la mitad de la novela, engancha desde el principio y, aunque sea en círculos, avanza a buen ritmo hasta el vertiginoso final, donde no puedes parar de leer porque los capítulos parecen terriblemente cortos y necesitas saber cómo continúa. Es un libro fácil de leer y de seguir, pero, en mi opinión, está muy bien expresado y detallado.

Me han gustado absolutamente todas las novelas que he mencionado al principio y, sinceramente, recuerdo los casos y sus detalles más llamativos, pero no recuerdo la resolución de los dos primeros, así que si me los releo en algún momento, tendréis algún que otro post sobre ellos. Prometo que serán bastante más cortos que éste, que aquí tenía que poneros un poco en situación, pero la situación es muy amplia.

¡Ah! Espero que si algún día leéis algo de lo que comente o si ya los habéis leído, me dejéis algún comentario con vuestra opinión -o con lo que queráis, de momento no hay censuras-.

jueves, 3 de marzo de 2016

Capítulo 42 (págs. 238-241)

"-Me encantaría saber más de ello -dijo Gurney-, suponiendo que no sea demasiado académico.

-Es una descripción práctica de cómo puede romperse el poder de una maldición. La clave está en comprender cómo funciona una maldición de vudú, cómo ocasiona la muerte de la víctima.

Madeleine enarcó una ceja.
-¿Está diciendo que esas maldiciones matan realmente a gente?

-Sí. De hecho, la maldición de vudú podría ser el arma asesina más elegante.

-¿Cómo funciona? -preguntó Gurney.

-Empieza con la fe. Creces en una sociedad donde todos creen que el doctor hechicero posee poderes extraordinarios. Te dicen que sus maldiciones son fatales y oyes historias que lo prueban. Confías en la gente que te cuenta esas historias. Y, finalmente, ves la prueba por ti mismo. Ves a un hombre al que han maldecido. Lo ves marchitarse y morir.

Madeleine parecía aterrorizada.
-Pero, ¿cómo ocurre eso?

-Ocurre porque la víctima cree que está ocurriendo.
[...] No es tan complicado. Nuestras mentes buscan constantemente relaciones de causa y efecto. Es necesario para sobrevivir. Pero, en ocasiones, nos equivocamos. El hombre que sabe que está maldito, que cree en el poder de la maldición, se siente aterrorizado porque cree que la maldición lo ha condenado. En su terror, su apetito disminuye. Empieza a perder peso. Ve la pérdida de peso como una prueba de que el proceso de morir ha comenzado. Su terror aumenta. Pierde más peso, se debilita poco a poco, queda físicamente enfermo. Ve esta enfermedad (el producto de su propio miedo) como el resultado de la maldición del doctor hechicero. Cuanto más se aterroriza, peores son los síntomas que alimentan su terror. Muere porque cree que está muriendo. Y su muerte solidifica la fe de la tribu en el poder de la maldición.
[...]

Se produjo un silencio frágil, que rompió Madeleine:
-¿No empezó diciendo que había una forma de romper el poder de la maldición?

-Sí, pero no es del modo que se podría imaginar. Una persona con mentalidad científica podría intentar convencer a la víctima de que el vudú es absurdo y que sólo funciona con gente dispuesta a creer ese absurdo. El problema de esa estrategia es que normalmente fracasa, y la víctima muere.
[...] Porque subestima el poder de la fe. Cuando colisionan, los hechos no son rivales para las creencias. Podríamos pensar que nuestras creencias se basan en hechos, pero la verdad es que los hechos que aceptamos se basan en nuestras creencias. El gran engreimiento de la mente racional es que los hechos son en última instancia convincentes. Pero eso es una fantasía. La gente no muere por defender los hechos, muere por defender sus creencias.
[...] El truco es aceptar el poder, no desafiarlo.
[...]Un psiquiatra occidental había tomado la estrategia de la lógica y el desprestigio, pero no había logrado efecto positivo alguno. Yo tomé un camino diferente para llegar a la mente de ese hombre. Para abreviar, le dije que, en el pasado, el doctor hechicero local había utilizado mal el poder tremendo del vudú para su propio enriquecimiento y que los espíritus le habían arrebatado el poder. Le expliqué que, para mantener su posición, para impedir que la tribu se diera cuenta de que le habían privado de su magia, el doctor hechicero había recurrido a envenenar a sus víctimas. [...] Describí un proceso creíble del envenenamiento [...] Mientras hablaba, veía que los detalles de la nueva historia arraigaban en su mente. Al final, funcionó. Lo hizo porque el hombre podía aceptarlo sin abandonar su creencia fundamental en el poder del vudú.

[...]

-Entonces, ¿está diciendo que salvó la vida de la víctima inventando una historia?

-Dándole una alternativa a la forma en que comprendía su dolor.

-Pero era mentira.

-¿Y eso le molesta? Tal vez sea demasiado idealista.

-¿Porque valoro la verdad?

-Quizá la valora demasiado.

-¿Cuál es la alternativa? ¿Creer mentiras?

-Si le hubiera contado la verdad a ese hombre obsesionado (que el vudú no tiene ningún poder inherente, que no es más que una ilusión que lleva a la víctima a un suicidio lento), no me habría creído. Dado su historial y su cultura, no hubiera podido creerme. Habría desdeñado mi verdad como un absurdo herético. Y como resultado habría muerto."

John Verdon, Controlaré tus sueños.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Controlaré tus sueños, de John Verdon, próximamente.

¡Buenas! Ya sé que la semana pasada no publiqué nada, pero, aparte de que estoy hasta arriba de exámenes y trabajos, no consideraba que hubiese mucho que contar.

Estoy leyendo el quinto libro de John Verdon protagonizado por el detective de homicidios David Gurney, ya retirado, pero con el mejor historial de los detectives de Nueva York y una irresistible tentación por los casos más complicados y sin sentido. Los libros anteriores son Sé lo que estás pensando, No abras los ojos, Deja en paz al diablo No confíes en Peter Pan. Los casos son totalmente independientes en cada libro, pero la historia personal del detective sí sigue un orden lineal y cronológico.

El personaje me parece maravilloso, su forma de pensar, de resolver los casos, de tratar con los sospechosos, las víctimas. También me gusta mucho el personaje de su mujer, Madeleine, y el de su compañero, Jack Hardwick, además de la psicóloga que les ayuda a comprender a los sospechosos.

Los libros anteriores me encantaron, son fáciles de leer, enganchan desde el principio y los casos están muy bien elaborados, así que no podía faltar su última publicación en mi estantería. Llevo aproximadamente 220 páginas, lo que viene siendo la mitad, y, es cierto que apenas han descubierto nada concluyente todavía, pero al tratarse de un caso de supuestos suicidios mediante hipnoterapia, no parece precisamente sencillo.

Tengo muchas ganas de terminarlo y descubrir finalmente qué ha pasado. Soy una fan incondicional de las novelas policiacas, de misterio y crímenes, porque soy bastante inocente y me gusta seguir la línea de razonamiento que siguen los personajes, entonces los finales siempre me sorprenden. No quiero desvelar más que si no, no tendré nada que decir en el siguiente post.

jueves, 18 de febrero de 2016

Mujercísimas, de Terenci Moix.

¡Buenas!

Ya he terminado de leer (en realidad lo terminé el martes) lo que os venía adelantando en entradas anteriores: Mujercísimas, una novela de Terenci Moix que fue publicada en 1995 y que es la segunda novela de una trilogía protagonizada por mujeres y formada además por Chulas  y famosas (1999) y Garras de astracán (1991).

En Mujercísimas, Moix retrata prototipos de las mujeres españolas de finales de siglo: aristócratas, ministras, famosillas, modelos...-todas ellas millonarias- que realizan un crucero por las islas griegas. Os dejo aquí lo que dice la contraportada del ejemplar que yo he tenido:

"Novela de amor y lujo y, sin embargo, perversa. Es una digna heredera de Garras de astracán. Interpretada sólo por mujeres, alcanza su grado más atrevido en la descripción de determinados prototipos de la España actual, la de las grandes estafas financieras y el desaforado culto al dinero y al éxito fácil. Durante un crucero por las islas griegas, donde se espera la aparición de la Virgen, estas selectas mujercísimas -aristócratas, ministras, beatas, escritoras, estrellas televisivas- se muestran en todo momento tiernas, intrigantes, modernas, alocadas..., y muy críticas. Con ellas, el estilo de Terenci Moix reencuentra sus aspectos más traviesos, libres y sarcásticos en una implacable visión de nuestra sociedad." Os pongo un poco más en situación: Victoria Barget es la esposa de un banquero encarcelado por estafa financiera y tener el dinero en países fiscales. Ésta decide marcharse a una isla griega con todo el dinero, ya que estaba puesto a su nombre. Así, y desde el principio, comienza la trama. El dinero de muchas otras mujeres españolas estaba en manos de ese hombre y, movidas en parte por la preocupación y en su gran mayoría por el cotilleo, deciden aprovechar el crucero para pedirle explicaciones a Victoria, quien se niega a hablar del tema o ver a nadie. A partir de aquí, un sinfín de anécdotas y personajes se suceden hasta la última página.

En general me ha gustado mucho. Sus descripciones son amplias, pero divertidas, o sea que te permiten hacerte una clara idea de cómo son los personajes sin llegar a aburrirte. Los mismos personajes son muy curiosos, con sus manías, su vestimenta, su orgullo de "señoras de toda la vida". Aparecen los típicos personajes que de ridículos son graciosos y aquellos que tienen profundas reflexiones sobre el modo de vida que llevan. En especial me ha gustado el personaje de Elena Arquer: "abogada de éxito en el gabinete jurídico que presta servicios al banquero encarcelado", porque su personaje evoluciona de una forma muy bonita. Otro personaje que me ha gustado bastante es Margot Sepúlveda: "soltera cuarentona. Acaba de enterrar a su madre después de estar veintidós años postrada en cama por una parálisis". Cuando muere su madre, siente que ha desperdiciado toda su juventud y que jamás podrá recuperarla, pero tiene muy claro que no le gustan nada las mujeres de clase alta, a diferencia de su amiga, que las admira.

Es una novela muy completa que trata multitud de temas: estafas financieras, corrupción, homosexualidad y otros aspectos relacionados con la sexualidad, incesto, pedarastia en el clero, drogas, mujeres que viven del dinero de sus maridos, mujeres de clase media enganchadas a la televisión, la mujer trabajadora y de éxito, etc.

Al terminar de leerla, me ha quedado un extraño sabor de boca por el final que tiene. No quiero hacer spoilers y espero que mi comentario simplemente sirva para alimentar vuestra curiosidad: hay algo que no me gusta en los libros que son totalmente realistas y de repente tienen un final fantástico, de ficción, de milagros religiosos, etc. He intentado buscar alguna explicación por internet, pero al no encontrar ninguna que me satisfaga, dejaré mi opinión así.

Otra cosa que no he podido evitar pensar es que han pasado más de veinte años y seguimos prácticamente igual: las diferencias entre ricos y pobres va en aumento, la corrupción y el fraude siguen ocurriendo, cada uno mira por sí mismo sin importarle el prójimo, nos dejamos consumir por la televisión y sus programas basura...

Por último, sólo me queda recomendar el libro. No tengo nada más que decir, es una sátira magníficamente escrita que merece la pena ser leída.

martes, 16 de febrero de 2016

Capítulo decimocuarto (págs. 441-442)

"Atraída por el jolgorio, Margot Sepúlveda se levantó del rincón de proa donde había estado tomando el sol y fue hacia el improvisado teatrito. Cuál no sería su asombro al ver a su amiga representando el patético papel de un bufón medieval, trasladado en el tiempo y el espacio.

-¡Sácame de aquí! -gritaba Emilia-. ¡Sácame, que esto no lo había previsto Raffaella!

Margot no tuvo vacilación. Fue directamente hacia Olivia Sotomayor y la zarandeó con brutalidad hasta que el cuello de Emilia quedó libre de sus manazas. Acto seguido, la empujó con tan mala fortuna que arrastró en su caída a la marquesa del Pozo del tío Raimundo.

-¡Grosera, más que grosera! -gritó la princesa, enfrentándose a Margot-. ¿Quién le ha dado a usted vela en este entierro?

-El entierro lo montaba yo con todas ustedes, cretinas de mierda. ¿Quiénes se han creído que son? Pues yo se lo diré: piojos resucitados las unas... y usted, princesa, un putarrón. Y esto es lo que hay, y más habrá si me provocan.

-¡Cuidado, guapa, que está hablando con señoras de toda la vida!

-Otro empujón así y yo seré señora de toda la muerte... -gemía la marquesa, en brazos de Miranda y otras socorristas.

Pero nadie pudo socorrer a la princesa Von Petarden de la furia de Margot que, entre otras cosas sirvió para sacar a la dama sus aspectos más barriobajeros.

Lo que salió de aquellos labios no es para ser contado. Si lo fuese, ¡qué no hubieran sacado en exclusivas las chicas de los medios de comunicación! Cuando menos, un curso de expresiones malsonantes en tres idiomas. Pero ninguna reportera lo recogía porque a todas continuaba interesándoles más una Von Petarden refinada que una pelandusca. En cuanto a los gritos de Margot: ¿a quién podría importarle? Sus imprecaciones no serían noticia, porque ella misma nunca lo sería. Y como no tenía la menor necesidad de serlo, se enfrentó a las señoronas, con gesto firme y decidido:

-Vamos a zanjar la cuestión de una zorra vez: son ustedes una panda de bordes. La mejor de todas, colgada...-Y observando a Emilia, con fingida serenidad, añadió-: ¡Y ahora no me digas que no sé comportarme, porque te doy una zurra!

Evidentemente, no era el caso, pues Emilia de Ruiz-Ruiz seguía llorando sin cesar."

Terenci Moix, Mujercísimas.

jueves, 11 de febrero de 2016

Capítulo decimotercero (págs. 410-411)

"Donde ocurrió un prodigio antiguo tiene que ocurrir otro. Hermafrodito sería uno de ellos, si no el mayor que vieron los siglos. Un joven de rara belleza en absoluto casual, ya que nació de los afortunados amores de Hermes y Afrodita. Asombro del mundo, pasmo de las esferas, envidia del empíreo.

Cierto día, Hermafrodito paseaba su apostura por los caminos de Frigia y tuvo ganas de bañarse, mas no le estaba permitido hacerlo en lugar público, pues despertaba la admiración y acaso la locura de todo aquel que acertaba a contemplarlo. Y así, en la búsqueda del anonimato, descubrió entre los bosques la fuente de la ninfa Salmacis, fuente de aguas tan límpidas que nadie podía resistir el antojo de bañarse en ellas.

La ninfa titular era, al parecer, extremadamente sensible a los prodigios de la belleza, pues al ver desnudo al hijo de Afrodita y Hermes no pudo resistir la necesidad de unirse a él para toda la vida, y elevó una súplica a Zeus en este sentido, aunque no el único. Pues su amor fue creciendo de tal modo que quiso llevar su unión hasta el extremo: formar con Hermafrodito una unidad inseparable; ella en él y él en ella, ambos estrechados totalmente hasta fusionarse en uno. Es decir: en ese ser que carece de sexo porque los posee ambos, con todos sus atributos.

Pero aun en el terreno de los prodigios nunca anduvo sólo Hermafrodito. También dijo el filósofo que en los lejanos tiempos de la creación eran así todos los mortales: seres que poseían la naturaleza femenina y la masculina a la vez, rozando la rara perfección de lo completo, aunque no de lo indivisible. Pues los dioses, temerosos del poder que esta unidad concedía a la raza humana, la cortó en dos mitades, creando así el sexo femenino y el masculino.

Exactamente lo que Elena acababa de descubrir en Edipa Katastrós, cuyo pene era tan poderoso como sus pechos, y éstos tan seductores como sus músculos."

Terenci Moix, Mujercísimas.

jueves, 4 de febrero de 2016

Capítulo octavo (págs. 272-273)

"La eficiente Beverly dispuso en un pequeño grupo a las chicas de los medios. Faltaban los hombres, que también los hay en el menester de la comidilla, pero la princesa y María Asunción Solivianto se habían puesto de acuerdo para respetar la regla básica del crucero: que sólo hubiese mujeres, tanto entre las protagonistas como entre las que debían inmortalizar su protagonismo.

No es que la princesa Von Petarden estuviese completamente de acuerdo. Lo mejor de su imagen dependía del prestigio de extravagante que se había ganado entre la parte gay del cotilleo; así, pues, quiso interceder por los miembros que le eran más adictos.

-¿Y algún maricuela no pasaría? Piense que son inofensivos para nosotras y, en cambio, nos hacen lucir mucho.

-También son hombres -contestó la Solivianto-. No como los demás, ni con los mismos derechos, pero hombre de alguna manera. Y vete tú a saber si, viendo tanto mujerío, no les da por convertirse a lo heterosexual y ya la tenemos armada."

Terenci Moix, Mujercísimas.

martes, 2 de febrero de 2016

Mujercísimas, de Terenci Moix, próximamente.

¡Buenas tardes!

Quiero que el blog sea más dinámico de lo que solía ser y, dado que sólo puedo leer en el metro de camino a la Universidad, lo que me deja una hora de lectura diaria, más o menos, entre libros iré informando de cómo los llevo y mi actitud hacia ellos.

En este momento estoy leyendo Mujercísimas, de Terenci Moix, publicado en 1995.

Cuando encontré el libro por mi casa estaba bastante ilusionada al respecto, tanto por el título como por la descripción, pero he de confesar que al principio me mostré un tanto escéptica por el hecho de que un libro protagonizado única y exclusivamente por mujeres hubiera sido escrito por un hombre y más tratándose de esas fechas. Supongo que nadie está a salvo de sus prejuicios e ideas preconcebidas.

El caso es que según he ido avanzando en su lectura me ha ido gustando más y más. Todavía me quedan doscientas y pico páginas (la mitad, aproximadamente, para ser totalmente sincera), pero desde hace ya un par de capítulos se ha puesto muy interesante y estoy deseando continuarlo, terminarlo y contaros mi conclusión final al respecto.

martes, 26 de enero de 2016

El blog se renueva.

Supongo que aquellos que seguís el blog desde que lo empecé allá por el 2012 os daréis cuenta de que ha cambiado muchísimo. Bueno, seguramente ni os acordaréis de cómo era o de lo que contenía.

Empezó siendo un lugar para expresar mis tonterías y reflexiones más profundas de los 15 y 16 años. Lo abandoné al empezar bachillerato; no por falta de tiempo, que también, sino por una falta tremenda de inspiración. Y ahora, a comienzos del 2016, he decidido renovarlo y transformarlo en un espacio donde, tal y como dice la descripción del mismo, hablar acerca de los libros que vaya leyendo a partir de ahora, recomendarlos o no, etc. Hablaré también sobre algunos de mis libros favoritos, que están en la información de mi perfil junto a películas y música, pero sobre los cuales no voy a decir nada, ya que lo mío son los libros.

Por lo demás, espero de verdad cumplir con el objetivo del blog, ser más o menos constante (¡todo lo que la universidad, el deporte, la autoescuela y el inglés me permitan!) y...¿quién sabe? Lo mismo hago aquí mis primeros "pinitos" en la literatura.